García Lorca, a la izquierda, en el homenaje a Falla con motivo del Concurso de Cante Jondo
El catedrático de Flamencología Alfredo Arrebola analiza la relación del autor de Fuente Vaqueros con el género musical andaluz más universal y acaba con algunos tópicos
«García Lorca fue el poeta que más filosóficamente llegó a la esencia de lo flamenco», afirma el especialista Alfredo Arrebola, quien acaba de publicar 'El flamenco en la obra poética de García Lorca'. El libro derriba algunos de los tópicos sobre la relación del autor de 'Poema del cante jondo' con este género musical.
Arrebola fue el primero, en su doble condición de investigador del género y de cantaor, en dedicar un homenaje flamenco a García Lorca. «Fue en 1970 con Vicente el Granaíno a la guitarra y tuve que pedir todos los permisos a la familia García Lorca», indica el escritor. El libro reúne una serie de documentación que demuestra tener los parabienes de los herederos para aquel homenaje jondo al poeta.
Según el catedrático, Federico llegó al flamenco a través de una serie de amigos, «como Manuel Rodríguez Cuadros, Aurelio Arrebola -mi padre-, Concepción Vega López, Abelardo Mora Guarnido y Francisco García, que era primo del poeta». En esta nómina de las influencias flamencas de Lorca destaca el algecireño José Luis Cano, «poeta y ensayista, íntimo compañero del autor granadino». Arrebola recoge las declaraciones de esta especie de asesor flamenco de García Lorca: «Federico podía escuchar sin salir de su casa todos los cantos del folklore andaluz: peteneras, soleares, granaínas, seguiriyas, cañas...».
A estas influencias de expertos aficionados y entendidos se añadía el entorno familiar de Lorca, «como así me comentaron Isabel y Francisco, hermanos de Federico, cuando les presenté el disco sobre los cantes del poeta». Arrebola arremete en su estudio contra quienes afirman que Federico fue sólo un mito del cante flamenco, «porque a estos seudoflamencólogos bastaría decirles que con sólo las conferencias que pronunció, tales como 'Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz' y 'Teoría y juego del duende', Lorca nos ha ofrecido un auténtico tratado de flamencología». «Pero aún más -añade- fruto del Lorca 'músico y poeta', impregnado del ambiente familiar, fueron sus conocidos 'Poema del cante jondo' y 'Romancero gitano'».
Según Arrebola, «García Lorca bebió de la tradición oral del flamenco y su formación procedía de 'autidur', de escuchar los cantes». El investigador destaca especialmente la capacidad lorquiana, «para crear desde el folklore, cómo desde la música llega al concepto del flamenco histórico».
En cuanto a los planteamientos teóricos del flamenco de Federico, Arrebola matiza que el poeta «se sirvió de un periodista cordobés llamado Guillermo Núñez de Prado, que publicó en 1904 'Cantaores andaluces'».
«Todo lo que el poeta dirá en una conferencia previa al Concurso de Cante Jondo de 1922, un 18 de febrero, está fundamentada en Núñez de Prado», confiesa Arrebola. «Quien iba a dar aquel discurso era el experto flamencólogo Salvador Rueda, un poeta y amigo de Rubén Darío, pero se quería promocionar al joven poeta García Lorca, que estaba muy apoyado por Falla y Fernando de los Ríos», comenta el catedrático.
Arrebola también defiende que el término duende y otros conceptos básicos para el libro 'Poema del cante jondo' fueron «tomados por el poeta de la escritora Rosario de Acuña, quien abordó ese tema en la época de la Restauración».
A pesar de las 'apropiaciones' de textos e investigaciones de otros autores por parte de García Lorca, de no ser objetivo en las fuentes históricas de su exposición flamenca, Arrebola dice que «todo lo dijo de una forma tan sublime y profunda, que vale la pena olvidarlo todo, porque, posiblemente, fuera sólo un pecadillo de su juventud».
Manuel de Falla será otra de las grandes fuentes teóricas de las que se nutrirá el joven poeta para elaborar su teoría de lo flamenco. «Falla fue quien le dio el tono a Federico para su conferencia del año 1922 y posteriores exposiciones», destaca el especialista.
El catedrático de Flamencología se muestra como un gran defensor del papel de Granada en la difusión y origen del género, frente a quienes afirman que Granada no tiene nada que decir en el flamenco. «Es en Granada donde se asientan las raíces flamencas, donde se fundamenta el género, que luego se extendería por la baja Andalucía», señala. «¡Ya se enterarán bien cuando salga a la luz pública 'La gran historia del flamenco en Granada'», amenaza a sus detractores.
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