He querido recuperar estos Tangos de El gran Enrique Morente para que nos pellizque a todos un poco el corazón.
A los no aficionados seguro que a la segunda vez que lo escuchen sentirán ese pellizco.
Y Sevilla se volvió a enamorar
Hace 9 años
1 comentario:
Ummm... tengo estos tanguitos en mi lista de reproducción casera y suenan siempre que ando trasteando con algún poema o emborronando cualquier dibujo. Pellizcan el alma, cierto... sin embargo, tengo que reconocer que con el maestro Morente me une una curiosa relación amor-odio. La causa es su falta de respeto para con el público del extrarradio norteño en los dos conciertos que he ido a verle. Pensará quizá don Enrique que por Bilbao y alrededores la gente es no sólo profana sino ignorante en materia flamenca y, claro, los recitales que nos ofrece distan mucho de parecerse a los que regala por tierras sevillanas o madrileñas... Bueno, en algo sí se parecen: en el precio.
Esto aparte, admiro su magisterio, su voz y su capacidad innovadora con algunos palos, como una granaína que tengo por alguno de mis archivos... una maravilla...
Un abrazote.
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