El presidente de Diputación coloca el Pozo de Oro en la solapa del cantaor. El cantaor recibe el Pozo de Oro de Diputación dentro de los actos del '5 a las 5' y recalca en su discurso la trascendental presencia del poeta en su vida y en su obra. "Habrá personas que amen más a Federico, que no, pero sí habrá quien lo ame igual". Son las palabras de Enrique Morente tras recibir en la solapa de su chaqueta la insignia Pozo de Oro de la Diputación de Granada. Anteriormente, en la Casa-Museo García de Fuente Vaqueros, el artista había hecho entrega de un cedé con una versión flamenca del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Una canción aún sin mezclar "porque los técnicos beben", dijo Morente en un tono distendido que mantuvo luego en el acto protocolario con el presidente de Diputación, Antonio Martínez Caler; la viceconsejera de Cultura, Isabel Muñoz; el director del Patronato García Lorca, Alfonso Alcalá; y el alcalde de Fuente Vaqueros, Antonio Almazán, quien se refirió a la localidad como "un simpatiquísimo y liberal pueblo de la Vega granadina". Y Morente, con unas llamativas botas blancas de punta, recordó una frase del "cortillo" que con "sabiduría" dirigió Sánchez Montes, el documental Morente sueña la Alhambra: "Descubrí a Lorca cuando mi cultura era más bien de primer curso o segundo de colegio", dijo el cantaor. "Cuando leía novelas del Oeste cayó un libro en mis manos, Doña Rosita la soltera, y aunque estaba acostumbrado a los indios y a las plumas, es curioso cómo Federico es capaz de transmitir a quien no tenía conocimiento de la literatura el amor por su entorno". Pero las cosas han cambiado, y Morente citó en su discurso a Tolstoi y Dostoievski: "Si hiciéramos caso a estos escritores estaríamos de otra manera", dijo el cantaor en su encendida loa de la literatura rusa. Después regresó a Federico García Lorca para subrayar la "continua sorpresa" de sus escritos: "El mismo poema es otro cuando lo lees quince años después". Y asomó el músico al que glosó Alfonso Alcalá en la presentación mientras Morente ponía un rictus como si estuvieran hablando de otra persona: "El arte sin sorpresa no me interesa, un disco debe emocionar escuchado hoy y después de veinte años", dijo entre los aplausos del público, que rió con ganas las ocurrencias del autor de El pequeño reloj. Como cuando se perdió en mitad del discurso en una reciente anécdota protagonizada por el propio cantaor, el guitarrista Petete y un asesor fiscal. También Alfonso Alcalá tiró de anecdotario para recordar una actuación del cantaor en el Teatro Falla de Cádiz. Al término, un reconocido purista fue preguntado sobre el concierto: "Habría que excomulgarlo pero Santo Dios, canta como los ángeles". De momento, ayer le condecoraron con una insignia "que no me va a quitar nadie", dijo el cantaor tras disculparse previamente "porque habrá gente que merezca este premio más que yo". Por último, dejó claro que el Pozo de Oro en su solapa no es un premio más: "Quizás yo le deba tanto como el que más a Lorca". MI APORTACIÓN: ENHORABUENA MAESTRO Antecedentes de Lorca (1998) : Enrique Morente en la Casa Museo Federico García Lorca de Fuentevaqueros (1990). La publicación en 1990 de un disco producido por la Diputación Provincial de Granada, de circulación restringida, titulado Enrique Morente en la Casa Museo Federico García Lorca de Fuentevaqueros, marca el inicio discográfico de la relación que ha motivado este trabajo. Sin embargo hemos de decir que este disco no es otra consecuencia más de la tendencia de los años ochenta y noventa de cantar a Lorca que afectó a muchos de los cantaores flamencos del periodo, como hemos visto. Por contra, el interés de Morente por la lírica culta es muy anterior, y, de hecho pronto, a principios de los años setenta, desembocó en la relación Morente-Lorca. En Granada, en Andalucía, la de Lorca es una presencia constante (en la escuela, en casa, en la calle, se lee o se representa al poeta : una identificación que apenas tiene parangón en el mundo occidental contemporáneo -a no ser el Whitman de Hojas de hierba en EEUU, en la segunda mitad del siglo XIX-) y es de suponer que, a pesar de la censura franquista, Morente conoce la obra lorquiana desde muy joven. De 1972 data El lenguaje de las flores, una canción por tangos hecha con fragmentos del drama Doña Rosita la soltera, que abre el disco citado y que Enrique Morente utilizó durante años para iniciar sus recitales. Así buena parte del material incluido en el disco procede de trabajos anteriores ; las Canciones de la romería de Yerma, es un trabajo para la escena, en concreto para el Centro Andaluz de Teatro, que Morente hace a ritmo de tangos, fandangos, bamberas y bulerías. Trabajar un material durante años es un recurso habitual de los grandes creadores y de hecho este disco incluye, como hemos dicho, temas muy antiguos, contrastados en el escenario y pulidos por la experiencia y el tiempo. Morente utiliza ideas musicales anticipadas en discos previos, o que volverá a utilizar más tarde : el estribillo de La esposa triste (de las Canciones de la romería) procede de una canción de Despegando, y otros dos temas del Poema de la saeta serán más tarde utilizados en la Misa flamenca y en Omega. Por otra parte el Poema del tiempo del drama Así que pasen cinco años (que había sido adaptado con mucho éxito por Camarón por bamberas) será incluido con títulos diferentes en otros dos discos a lo largo de la década de los noventa : en uno acompañando a La Barbería y en Lorca (1998) del propio Morente. El disco se cierra con el Poema del joven también procedente de Así que pasen cinco años, canción a ritmo de bolero emparentada con el Poema del tiempo, y que finaliza con una superposición de voces del propio cantaor en que se puede escuchar una emocionada versión del fandango de Frasquito Yerbabuena.
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