HISTORIA DEL FLAMENCO
Érase una vez...
Aunque para buscar las raíces del flamenco la mayoría de los estudios borran de un plumazo la historia del sur de la Península Ibérica anterior al siglo XVIII, tiene lógica pensar que el cruce de culturas que se dio en Andalucía a lo largo de su historia, algo que ver tuvo en la gestación de esta expresión artística nacida del seno popular
También Telethusa
El recurso al pasaje de Marcial (40-104 d.c.) titulado ‘Puella gaditanae’ (muchacha de Cádiz) y dedicado a Telethusa, “maestra en adoptar posturas lascivas al son de los crótalos de la Bética y en cimbrearse al compás de los ritmos de Cádiz”, es, a pesar de ajado, indicio del gusto de los habitantes de la entonces provincia romana por danzas y músicas de corte rítmico.
Aires clásicos
El genotipo flamenco también contiene información sobre su influencia grecorromana, refugiada hasta la Edad Media en los cantos litúrgicos bizantinos. El compositor Manuel de Falla halló la conexión en rasgos como la melodía y la escala menor descendente. La asimilación popular de los cantos gregorianos en las ceremonias litúrgicas dejó su huella melódica, a la vez salpicada de orientalismo
El pájaro negro
(Ilustración: Ayuntamiento de Córdoba)
Las reminiscencias hindúes tampoco son desdeñadas ni por teóricos ni por artistas. Para explicarlas, suele citarse a Abulhasam Alí Ben Nafí (Ziryab) que, de procedencia bagdadí, ejerció de músico de corte durante el califato cordobés de Abderramán II (822-852 d.c.), así como a los influjos sirios y persas. Objeto de estudio para investigadores y fuente inspiración para artistas, al ‘pájaro negro’ llegó a dedicarle un disco Paco de Lucía, ‘Ziryab’ (1990).
Sedimentos árabes
(Poema de Ibn Zamrak en la Alhambra (siglo XIV)
La dominación árabe de Al-Andalus (711-1492) enraizó en la región modos de organización política, social y económica, ciencia, arte, costumbres... Tras más de siete siglos de convivencia, la música no debió ser menos influenciada. Y así lo ilustran ejemplos del palpable paralelismo entre modulaciones y melismas de cantes flamencos como tonás y seguiriyas y las llamadas a la oración musulmanas; así como entre los ritmos de ambas orillas.
Momento para la castellanización
Un paulatino desmembramiento político de los territorios arabigoandaluces abre a los reinos cristianos del norte de la península las puertas de este rico crisol cultural, adentrándose desde 1236, año en el cae Córdoba, hasta 1492, fecha en la que, con la toma de Granada, finaliza la Reconquista. A pesar de que suele sostenerse que “Castilla se andaluzó más de lo que se castellanizó Andalucía”, a partir del siglo XV otros modos culturales tuvieron vía libre para dar más matices al repertorio musical de la Al-Andalus que perecía. La métrica de muchas coplas flamencas, tomadas de romances y seguidillas castellanas, guarda gran parte del legado e incluso marca la pauta rítmica de los estilos flamencos.
El mensajero mozárabe
La interconexión entre ambos lados de la frontera venía de antiguo pues, de facto, el cristianismo tuvo siempre hueco en Al-Andalus. Testimonios de esta connivencia son el zéjel y la jarcha mozárabe, que se define, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, como “canción tradicional, muchas veces en romance, con que cerraban las moaxajas -composiciones poéticas- los poetas andalusíes, árabes o hebreos”.
CONTINUARÁ
1 comentario:
La historia del flamenco es increíblemente rica, cada vez que uno ahonda más, más quiere saber; lo más curioso es que nunca había tenido mucho interés por el flamenco, hasta que unos amigos me llevaron a un tablao flamenco en la ciudad de Sevilla... en ese momento comprendí todo ese arte de un solo plumazo, te cautiva el alma desde lo más profundo.
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