jueves, 5 de junio de 2008

Club de Música y Jazz San Juan Evangelista Mayo 2008
Concierto Dave Holland & Pepe Habichuela
Juan José González “Crítica del concierto de Dave Holland y Pepe Habichuela” El Colegio Mayor San Juan Evangelista programó el 10 de mayo de 2008 un concierto de fusión entre el flamenco y el jazz con un grupo codirigido por uno de los mejores guitarristas de flamenco en la actualidad, Pepe Habichuela (José Antonio Carmona), nacido en Granada en 1944; y por uno de los mejores contrabajistas de jazz del mundo, el británico Dave (David) Holland, nacido en Wolverhampton en 1946 y que, además, toca la guitarra de bajos y es violonchelista y compositor, aunque en este concierto usó constantemente el contrabajo clásico. Fueron acompañados por cuatro excelentes músicos de flamenco y más que flamenco:- JOSEMI CARMONA (José Miguel Carmona), guitarrista y compositor nacido en Madrid en 1971, hijo de Pepe Habichuela y que fue miembro del grupo La Berbería del Sur y posteriormente de Retama.- EL BANDOLERO (José Manuel Ruiz), uno de los mejores percusionistas de cajón y palmas, nacido en 1976 en Madrid, ciudad en la que reside.- LUIS AMADOR, gran percusionista de cajón y palmas, hijo de Rafael amador, el cual con su hermano Raimundo, formaron antaño el famoso dúo Pata Negra.- CARLOS CARMONA, notable guitarrista, hijo de otro buen guitarrista, Carlos Habichuela, hermano de Pepe.El concierto empezó con Dave Holland en solitario haciendo unos solos impresionantes, como todos los que hizo acompañado por los otros músicos a lo largo de la sesión, mezcla de jazz y sonoridad flamenca.A continuación, Pepe Habichuela en solitario nos ofreció unos fantásticos números de guitarra flamenca clásica empezando por taranto-taranta, homenaje a los mineros de Almería, Murcia y Jaén, siguiendo por granainas (la mejor granaina que he escuchado en 50 años fue a cargo de la cantaora casera Tía Marina, tía de Pepe Habichuela) y después nos deleitó con el estilo rey del flamenco: la soleá.A continuación sin Pepe tocó todo el grupo un número con ritmo de jazz y sonoridad flamenca donde Josemi destacó con sus solos de guitarra, Dave con el contrabajo y todos los demás apoyando, haciendo Luis y Carlos unos diálogos rítmicos, percutiendo los cajones con una genialidad y maestría insuperables. A lo largo del concierto volvieron, en ocasiones, con nuevos diálogos de suma intensidad y creatividad.Después volvió Pepe y, con el grupo entero, nos deleitaron con una siguiriya a ritmo animado, fandangos de Huelva, tangos flamencos, bulerías en las que los tres guitarristas, cada uno sucesivamente, hicieron unos solos incisivos de profunda inspiración (auténticos “soníos negros” del flamenco) al máximo.Pero máximo fue también lo que hicieron todos los músicos a lo largo del concierto. En la propina nos obsequiaron con unas “rumbas flamencas” (en realidad son ritmos de guarachas cubanas adaptadas en España con sonoridades de aquí) también con una calidad e intensidad admirables.Entidades de cultura en España deberían reconocer el acercamiento a nuestra música de enormes artistas como este británico, Dave Holland que, en diversas encuestas figura, como señalé, uno de los mejores contrabajistas del mundo, o del gran pianista Chick Corea.Notas sobre el cajón flamencoTermino recordando mi modesto impulso al uso inicial del cajón en España: en los años setenta llegó a nuestro país Rubem Dantas, un percusionista negro de Salvador de Bahía (Brasil) con el cajón peruano y el birimbao. Como no conocía el flamenco le proporcioné una casette en la que le incluí muchas bulerías bien marcadas con taconeo y palmas, para que las escuchara muchas veces. Al poco tiempo le contrató Paco de Lucía durante varios decenios. Las bulerías son de la familia de la soleá pero muy rápidas. Menos movidas que las bulerías tenemos a las bulerías por soleá, las alegrías, las romeras, el mirabrás y los caracoles (alegrías de Madrid) en esa misma familia de estilos, la más difícil del flamenco, con su estructura de doce tiempos. Juan José González es un conocido aficionado, que desde los años 80 hasta el 2000, contribuía a elevar la tensión emocional de los conciertos de jazz en el San Juan Evangelista cuando aparecía sobre el escenario, al final de los mismos, cantando en scat soleás y bulerías que terminaban acompañándole los propios músicos. Ha sido conocido como “el estudiante”, “el ingeniero”, “Pepito Jazzman” o “Juanjo” en la actualidad.

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