'La identidad de la mujer en el arte flamenco', una muestra de nuevas líneas de trabajo
No cabe duda. La investigación flamenca está cambiando, ha cambiado ya mucho en los últimos años, y más que va a cambiar. La clave está en los instrumentos con los que se aborda esta investigación, que son indudablemente nuevos en algunos casos y que, de manera inevitable, tienen que ver con la aplicación de los estudios de musicología y con una mirada hacia atrás en la que debe primar el rigor de las fuentes consultadas, más allá de maximalismos, localismos e intuiciones en ocasiones difícilmente sostenibles. Esta oleada renovadora viene de atrás y sería muy prolijo enumerar los hitos que la sostienen, pero se me antoja que este trabajo que reseñamos -La identidad de la mujer en el arte flamenco (Signatura Ediciones)- es un buen exponente de lo que decimos. Para empezar, estamos ante el primer trabajo de investigación que surge del programa de doctorado El Flamenco: Un acercamiento multidisciplinar a su estudio que desde 2004 se viene impartiendo en la Universidad de Sevilla. Su autora, Miguelina Cabral (Trebujena, 1980), además de este doctorando, reúne titulaciones de Grado Medio en el Conservatorio Superior de Sevilla, de Diplomatura en Educación Musical en la Universidad de Cádiz, y de Licenciatura en Historia y Ciencias de la Música en la de Granada. A esos antecedentes académicos, hay que sumar un amor hacia este arte que parece imprescindible y que -en su opinión- previene al flamenco de que esta nueva aproximación termine por desvirtuar su naturaleza. "El flamenco -opina Cabral- tiene que ser tratado por las gentes que lo amamos y que sabemos de qué va". En su trabajo late también la consciencia de que el rigor es la vía para que este arte, lejos de visiones románticas, se conozca de una forma más respetable y, sobre todo, que se mantenga. "Si no -añade- se nos va, porque, por muy entrañable que nos resulte el flamenco de patios, esa forma de transmisión oral ya no existe". Con ese espíritu, la joven investigadora se acerca a la identidad musical de esta expresión artística centrándose en el área jerezana y atendiendo a "la importancia de la mujer como protagonista en la transmisión del flamenco". Sus instrumentos -los sonogramas, serían un ejemplo- son nuevos y nos pueden resultar extraños en ocasiones, pero sus conclusiones muestran que con ellos se arroja una nueva luz sobre hechos nunca del todo conocidos.
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Numerofonía de Aschero: la escritura musical de los wichí.
Los wichí son una comunidad aborigen que habita zonas del norte de la Argentina, en las provincias de Formosa, Salta y Chaco.
Precisamente desde la localidad de El Potrillo, en el Departamento Ramón Lista de Formosa, el doctor en musicología Sergio Aschero fue convocado, por jóvenes wichí integrantes del Grupo Sacham y con el apoyo de la Fundación Niwok para enseñar su sistema de lectoescritura musical.
Estos jóvenes, con un promedio de edad de 24 años aproximadamente, se proponían concretar, la realización de Talleres de Formadores Musicales con la Numerofonía. Se habían interesado muchísimo en el trabajo de Aschero, luego de leer un artículo sobre la Numerofonía y su creador, realizado por el periodista Luis Bruschtein en el diario Página 12.
Y así fue que comenzó una etapa maravillosa de viajes al monte del noroeste formoseño de Sergio Aschero y de la profesora Mirta Karp desde hace unos años y que ya produjo la primera promoción de Formadores Musicales.
Todos ellos ya están aplicando lo aprendido, los memas (maestros en la modalidad aborigen) lo hacen con sus alumnos (incluso los de nivel inicial, ya que este sistema permite que los niños desde los 3 años puedan leer y escribir música), otros que han venido de otras comunidades, lo están aplicando entre los suyos, y todos nos han transmitido la alegría de su gente y de ellos mismos, al poder aportar a sus comunidades la felicidad de poder hacer y disfrutar la música.
Gracias a la gran musicalidad y al sentido artístico que el pueblo wichí tiene, sumado a la maravillosa sencillez en el aprendizaje que propone la Numerofonía, fue posible que los alumnos participantes del taller pudieran encarar la tarea de componer el primer cancionero de su historia, donde tanto las melodías como los textos (en lengua wichí) son de su propia creación.
Esto constituye en sí mismo un hecho de enorme trascendencia, por lo que significa la recuperación histórica de su capacidad de crear y recrear su propia cultura a través de sus canciones.
La significación de todo lo logrado fue tan profunda que desembocó en la creación de un nuevo taller también dictado por Aschero y auspiciado por el Fondo Nacional de las Artes. Es el Taller de Creación de Instrumentos Musicales Originales, utilizando exclusivamente los elementos que la naturaleza en la que habitan (pleno monte) les proporciona y su propia creatividad, que les permite crear instrumentos de viento, de percusión, de cuerdas, no existentes ni en su tradición ni en su cultura.
Fue particularmente significativo el momento de dar nombre por primera vez a los instrumentos por ellos mismos creados y construidos. Esta formación apunta también a capacitarlos con el objetivo de generar micro emprendimientos que encararán los mismos jóvenes.
Esta experiencia con la comunidad wichí, es particularmente importante, en primer lugar, porque supone para nosotros, el descubrimiento de una cultura diferente con lo que esto tiene de maravilloso. En segundo lugar, porque los wichí no tienen registro de sus músicas ancestrales ya que han sido borradas por influencias externas (la evangelización anglicana).
Y también por el desafío de proponer a los jóvenes wichí la creación de sus propios referentes musicales desde el hoy, donde lógicamente la tradición ancestral vuelve a aflorar. Nuevas letras y nuevas músicas para este extraordinario pueblo, que ha tenido que adaptarse también a nuevas formas de vida, ya que siendo originalmente pescadores han debido transformarse en montaraces al escapar de las múltiples e incontrolables crecidas del río que siempre amaron tanto.
Esta es la primera experiencia de Aschero y su Numerofonía con un grupo originario de América que puede y debería replicarse en otras comunidades similares, cosa que paso a paso ya está comenzando a suceder.
Sergio Aschero ha obtenido muchísimos reconocimientos a lo largo de su vida y de su obra. El último, en el mes de junio de 2006, oportunidad en la que la "Numerofonía de Aschero es declarada de Interés Cultural por el Poder Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires", (ver http://www.ascheropus.com.ar), distinción que fue otorgada por decisión unánime de la Legislatura y por iniciativa del reconocido músico, diputado "Chango" Farías Gomez.
Y otro de los más significativos para él ha sido que la Asociación Internacional de Músicos Andinos (AIMA) lo premiara con su mayor distinción, el Tumi de Oro, en reconocimiento a su labor investigativa y por la creación de la Numerofonía, y esto es porque, más allá de que Aschero no es un músico andino y tenga en cambio una gran formación académica, ha brindado, con su sistema, la posibilidad de que todos puedan tener una escritura musical que esté al servicio de su cultura y no en su contra.
La Numerofonía se desarrolla también en países como España e Italia, donde ha sido reconocida oficialmente por los Ministerios de Educación de ambos países, como sistema alternativo de educación musical. También en Filipinas, Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, entre otros, tanto en ámbitos universitarios o escolásticos de grandes ciudades como en pequeñas poblaciones o en comunidades indígenas, porque se apoya fundamentalmente en una lógica de tipo objetual a la cual nadie puede contradecir porque oponerse a ella es oponerse a la propia ciencia. Esto permite que por ejemplo un niño de tres años, una persona con discapacidad o un adulto de cualquier lugar del mundo y de cualquier cultura puedan leer y escribir música desde el primer momento sin pasar por el absurdo de los bemoles y sostenidos. Al ser la música un lenguaje que solamente es leído por el 5% de la humanidad y al tener derecho el 95% restante a tener un lenguaje que los represente, la Numerofonía viene a otorgar la posibilidad de leer, crear, y tocar música sin exclusiones.
La educación es una ciencia viva y que debe ser siempre revolucionaria. Los lenguajes y los códigos son invenciones humanas que envejecen y pueden ser superados.
Ya ha sucedido por ejemplo, con el reemplazo de los números romanos a los arábigos, porque éstos resultaban más efectivos para las operaciones matemáticas, lo que constituyó una verdadera revolución en la ciencia.
Hay códigos que pertenecen a los museos y otros a la gente.
La Numerofonía de Aschero pertenece a la gente.
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