viernes, 16 de mayo de 2008

Oído a Suma Flamenca

Chano Lobato cantará en la cita madrileña Llega a Madrid, a partir del sábado 17 de mayo, una nueva edición de Suma Flamenca. Entre sus platos fuertes destaca las actuaciones de Serranito, José Menese, Vicente Amigo, Talegón, Josemi Carmona, Carmen Linares, Eva Yerbabuena o Tomatito y el estreno en el Albéniz de Goyesca. Suma Flamenca, el festival de la Comunidad de Madrid, irrumpe con renovadas fuerzas y pisando con resolución y solidez, mientras ofrece una programación rutilante y en algunos casos arriesgada que la colocan a la altura de los grandes ciclos que gozan de prestigio internacional. Ahora cumple su tercera edición, y es, en efecto, muy joven, pero su director, Juan Verdú, volcado en el proyecto los doce meses del año, pone a su servicio una amplia y más que granada experiencia y un conocimiento, no por profundo menos perspicaz, del flamenco y, sobre todo, de los flamencos. Madrid siempre ha sido la capital de esta manifestación y si en una época fueron los tablaos su mejor escaparate, con una interminable y fastuosa nómina de artistas, en estos últimos tiempos el relevo lo han tomado los extensos festivales que, refiriéndonos a Suma Flamenca, tiene una duración de 30 días, del 17 de mayo al 15 de junio, con un diseño que incluye 38 espectáculos, un estreno, Goyesca, una serie de cine y flamenco y otra de poesía y flamenco, titulada ‘La música de los espejos’. Los encuentros de ‘La música de los espejos’ consiguieron en la edición anterior un extraordinario éxito. En esta ocasión adquieren otras dimensiones, ya que no se trata de algo concluyente, sino de una propuesta abierta, donde los lenguajes poético y flamenco se entrelazan para reflejar formas nuevas a través de un ensamblaje imaginativo que da como resultado inesperadas muestras de expresión artística. Por eso van a juntarse la voz poética y el cante de Luis García Montero y Enrique Morente, de Luis Eduardo Aute y Marina Heredia, de Felipe Benítez Reyes y Arcángel y de José Luis Ortiz Nuevo y Carmen Linares. Para Benítez Reyes, “el gran cante, el que tiene la facultad de estremecer, es una conjunción de música y poesía. Puede bastar la voz, pero su grandeza le viene también de lo que dice esa voz. La buena poesía del flamenco es siempre certera: con unas palabras mágicas abre la puerta de un mundo”. Alberga estas sesiones un mágico y sorprendente lugar, el Olivar de Castillejos. “Hemos buscado espacios de una especial belleza en la Comunidad de Madrid, con el fin de que las personas que acudan a un concierto o un espectáculo puedan disfrutar del patrimonio cultural y arquitectónico”, declara Juan Verdú. Así podemos entrar al patio de la Universidad de Alcalá de Henares para oír la guitarra de Vicente Amigo, a la plaza de Torrelaguna para asistir a un recital de Carmen Linares, al Ayuntamiento de Aranjuez para ver Santo y seña, de Eva Yerbabuena, o a la plaza de Chinchón para escuchar a Tomatito. Suma Flamenca ha convocado a los artistas más jóvenes, como María Juncal, Paco del Pozo, Israel Paz, Roberto Lorente o Belén López, pero también a ilustres veteranos: Serranito, El Güito, Talegón o Menese. O al inefable Chano Lobato, que con 81 años es el mayor de los cantaores en activo. Esa es la razón por la que el grupo Son de la Frontera, de Morón, Sevilla, estén emocionados con la posibilidad de compartir escenario con él en el espectáculo La noche de Chano con Son. Emocionado está también Pepe Habichuela, que ofrecerá un concierto de estilos fundamentalmente rítmicos a dos guitarras junto a su hijo, el ex Ketama Josemi Carmona. “Estamos felices e ilusionados”, afirma Pepe, “es una maravilla que un padre y un hijo hagan música juntos, porque, entre otras cosas, se ratifica el sentido de dinastía”. Los más pequeños también van a tener una presencia activa con la exposición ‘Los niños dibujan el flamenco’ en el Círculo de Bellas Artes, donde la bailaora y pedagoga Silvia Marín, después de haber triunfado con su espectáculo en China, Argelia, Italia o Francia, les enseñará a bailar, cantar y jalear a lo largo de tres clases participativas. “Porque cuando aprenden a decir ole, éste es el mismo que suena en la garganta de los niños de Cádiz, Huelva, Milán o Pekín. He llegado a la conclusión de que los niños de cualquier parte del mundo reaccionan de igual manera ante el hecho flamenco”, dice Silvia. José María VELÁZQUEZ-GAZTELU

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