jueves, 5 de junio de 2008

POR ESTO DOY TÍTULO A MI BLOG-EL HERMANAMIENTO QUE EXISTE ENTRE EL FLAMENCO Y LA CULTURA.DOY FÉ QUE ESTE DISCO ES UNA JOYA.

Este disco te permite a la vez que lo estás escuchando,recordar la lectura de esos libros a los que ha puesto música. Esto es el flamenco: cultura,arte, poesia,pintura, y nó panderetas , castañuelas y Flamenkito barato El Lebrijano en la presentación de 'Cuando Lebrijano canta se moja el agua' (Foto Daniel Muñoz) EL LEBRIJANO. PRESENTACIÓN DE CUANDO LEBRIJANO CANTA SE MOJA EL AGUA EN EL INSTITUTO CERVANTES Entre Lebrija y Macondo S.C. Madrid, 5 de junio de 2008
Un insólito encuentro entre cante y palabra ha abierto de par en par al flamenco las puertas del Instituto Cervantes, la institución que vela internacionalmente por la literatura española. En la lujosa sede madrileña del Palacio de las Cariátides se ha vestido de largo el trabajo discográfico ‘Cuando Lebrijano canta se moja el agua’, la respuesta a la dedicatoria que hace años le escribió Gabriel García Márquez al cantaor El Lebrijano tras escucharle en Sevilla por soleá.
La expectación que suscitó la presentación de tan osado proyecto musical -en una sala abarrotada de invitados de las artes y la política- emocionó al veterano artista que, antes de echarse a cantar, pronunció unas sentidas palabras: “He querido regalarle a don Gabriel de su literatura, a través de la adaptación de Casto Márquez, mi cante, mi música. Y si eso también sirve para unir las culturas de las dos orillas del Atlántico, hemos dado un paso más. Que dios reparta suerte, como dicen los toreros”. El ancho quejío de Juan Peña no se hizo esperar.
El grupo le marca compás y la estampa del ‘Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo’ se convierte por arte de realismo mágico en una honda canción por bulerías. El eco del cantaor se despliega entre sus brazos abiertos “por los patios de Macondo”. Y sorprende al instante el trabajo musical elaborado por Dorantes y Pedro María Peña para hacer flamenco contemporáneo de tan compleja obra literaria. El piano inconfundible de Dorantes llega entonces, sentenciando. Y se materializa en son a través de ‘La santa’, hecha de frases-quejíos sobre trasfondo de alboreá. La pena de ‘El coronel no tiene quien le escriba’ la ve El Lebrijano por seguiriyas, con su tiritiritiritiiii y todo. Como coda, las luminosas bulerías de la ‘Cándida Eréndira’, el potente tema con el que se abre este disco, una nueva vuelta tuerca a las posibilidades musicales del flamenco... y del cante, que es todavía más loable. Y el agua se volvió a mojar.

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