Con motivo de la clausura del cuarto ciclo flamenco BBK de Bilbao se celebró un encuentro singular entre dos presencias flamencas de prestigio. Por un lado, Enrique Morente , posiblemente el cantaor mas creativo y polifacético del panorama, y junto a él ,su amigo “el poeta”, el historiador José Luis Ortiz Nuevo. Juntos entablaron una conversación flamenca que, en un principio, iba encaminada a descubrir algunos de los aspectos menos conocidos de la vida y obra del cantaor .Sin embargo, a medida que las palabras de Ortiz Nuevo iban tirando del hilo Morentiano, descubrimos una complejísima madeja repletita de anécdotas, de cantes, de fundamentos, de pensamientos, de facetas, de homenajes y de pasiones.
A la hora de presentar al cantaor Granaíno , el historiador se basó en seis conceptos claves de su obra como son el Morente Morente, el clásico ,el sinfónico, el rockero, el sacro y el Lorquiano. Por encima de todo, destacó que su capacidad creativa, vanguardista y transcendental nace enraizada en el conocimiento de la tradición y del patrimonio mas clásico, siempre “bebiendo de la fuente” Así ,se reveló un Morente admirador de Caracol, un apasionado del cante clásico, un cantaor intrigado en investigar los sonidos de las voces de los flamenco anteriores. El Granaíno confesó su interés por los sonidos de la música antigua, de la música sacra y de la música Griega. Morente se declaró admirador del aprendizaje de la música clásica y del cante grande y jondo, subrayando que se denomina así por la grandeza de sus textos y de sus melodías. También se enfatizaron otros aspectos como la importancia de la gracia en las letras del flamenco en su relación con la dimensión trágica de los textos, ejemplificando cada concepto con distintos cantes; alegrías, soleares, saetas, malagueñas, soleás por bulerías y tangos.
En su recorrido recaló con especial cariño e insistencia en la figura de Pepe “El de La Matrona”, su gran “Maestro del cante y de la vida”. Junto a Ortiz Nuevo revivieron anécdotas simpatiquísimas y muy reveladoras. La huella del de la Matrona se destacó como fundamental y presente en el concepto cantaor de Morente , especialmente en lo referente a la importancia del rigor en la afición al cante. Es decir, el rigor en las letras y en los cantes al igual que en su relación con la poesía. En homenaje a su maestro desgranó una letrita por soleá “Ramito de azahar .pintado en un papel verde” y otra por malagueñas “Se me apareció la muerte” Con ésta última ejemplificó los posibles juegos en el cierre de los versos .Y reflexionando en voz alta sobre las distintos tipos de aficiones, la anterior y la actual, salieron a colación hasta lo cafés cantantes de Bilbao y la relación entre “Matrona” y Antonio “El de Bilbao.”
Ortiz Nuevo y Morente fueron recorriendo los diferentes periodos de la carrera del cantaor desde la actualidad, con su obra “Pablo de Málaga” echando la vista atrás y pasando por otras etapas con Leonar Cohen y un largo etc…hasta regresar a los orígenes del flamenco para meditar entonces acerca de aspectos fundamentales. Uno de ellos fue la importancia del compás, otro, el momento transcendental en la historia del flamenco en el que los músicos toman el mando y dejan de estar al servicio del baile Y viajando a través de la historia se detuvieron en La Habana y en la evolución del tango ejemplificados en los célebres tangos flamencos. “En el cristal de tu copa” Dichos tangos pusieron el punto y final de la conversación con el historiador para dar paso a un turno de preguntas del público.
En definitiva nos encontramos con un Morente, tan tímido y desconocido como enormemente generoso ,que nos apuntó –como diría Rancapino-“mas cantes que en Madrid” y que además atrajo a un público bien numeroso y variopinto.
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